En una entrevista con La Gaceta, Sebastián Piliponsky, socio de Link Desarrollos Inmobiliarios, advirtió que la construcción en Argentina necesita incentivos urgentes para poder dinamizarse y responder a la creciente demanda de viviendas. Explicó que hoy, levantar un edificio puede demorar entre cuatro y cinco años, lo que expone a los desarrolladores a un contexto macroeconómico totalmente diferente al del inicio del proyecto. A este panorama se suman tres grandes desafíos: crear un producto que realmente responda a lo que pide la demanda, superar procesos burocráticos poco eficientes y lograr alinear a inversores, colaboradores y autoridades en torno a un proyecto.
El resultado de este esquema es contundente: más de 3,5 millones de familias en Argentina no tienen vivienda propia, situación que Piliponsky atribuye a la combinación de una elevada carga impositiva y laboral, un sistema de construcción poco eficiente y, sobre todo, la falta de crédito hipotecario accesible. Mientras en países como España las familias pueden acceder a hipotecas de 20 o 30 años con cuotas similares al alquiler, en Argentina muchas veces la única opción es el pago al contado, dejando a la clase media atrapada en la inquilinización permanente.
Al analizar el caso tucumano, el desarrollador señaló una paradoja: el metro cuadrado en construcción es de los más baratos del país, pero el precio de los lotes está entre los más caros. A esto se suma un fenómeno migratorio: San Miguel de Tucumán perdió cerca de 20.000 habitantes en los últimos años, que se trasladaron a Yerba Buena, San Pablo o Los Nogales en busca de más espacios verdes, teletrabajo y mejor calidad de vida, tendencia que se aceleró tras la pandemia. En este sentido, Piliponsky valoró la revisión del Código de Planeamiento Urbano, porque entiende que la ciudad debe adaptarse a nuevas formas de habitar.
Finalmente, planteó que la reactivación del sector requiere un trabajo conjunto entre Estado y privados, con reglas claras y estables, infraestructura adecuada y una mesa de diálogo amplia que incluya a desarrolladores, cámaras empresarias, municipios y provincia. También remarcó la necesidad de incentivar proyectos que acerquen el sueño de la casa propia a más familias, respondiendo a lo que la gente realmente busca: espacios verdes, eficiencia energética, amenidades y buena conectividad. Para que eso ocurra, subrayó, es indispensable que la macroeconomía brinde estabilidad y confianza, de modo que las decisiones del día a día de las familias acompañen el desarrollo del sector inmobiliario.